Cuando te convertiste en madre llegó a ti una persona que necesita de tu atención las 24 horas, los 7 días de la semana, ¡sin interrupciones!
Seguro ya te lo esperabas y te habías preparado para eso. Seguro también asumes tu rol de ser madre con amor, cariño, dedicación y siempre pensando en el bienestar de tus hijos y tu familia.
En ese camino es posible que hayas olvidado tus propias necesidades por anteponer las de tus pequeños y es apenas normal que suceda como una respuesta maternal.
Sin embargo, cuidarte a ti misma, disfrutar de tus actividades favoritas o regalarte un momento de relajación es también un acto de bienestar propio y familiar que favorece tu salud física, mental y emocional. Allí radica la importancia del autocuidado.
Aquí te contamos algunas prácticas que puedes emprender para darle equilibrio a tu vida.