Sorpréndete con los grandes beneficios de jugar en familia: desarrollo, aprendizaje y felicidad a cambio de mucha diversión.

¿Sabes lo que significa el juego para la vida de tus hijos? ¡Prácticamente todo! 

Los niños aprenden a reconocer, interactuar e interpretar el mundo que los rodea a través del juego, como lo han comprobado décadas de estudios e investigaciones.

Además, el tiempo de juego que les dedican los papás (o principales cuidadores) a sus hijos, es clave para formar niños felices y resilientes.

El juego está reconocido por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos como un derecho fundamental de todos los niños.

Por eso, en Bureche School queremos mostrarte los beneficios de jugar en familia y compartirte algunas ideas para que conviertas cualquier situación en una oportunidad de diversión y aprendizaje para tus pequeños.

¿Cuál es la importancia de jugar en familia?

Sabemos que la crianza, junto con el trabajo y los deberes diarios, hacen que llevemos una vida bastante ocupada y agitada.

Pero vale la pena que al final del día nos preguntemos: ¿cuánta disposición y tiempo le dediqué al juego con mis hijos y a la diversión en familia?

¿Y por qué pensar en ello? El juego no solo promueve el desarrollo del comportamiento y el crecimiento cerebral de los niños. Cuando se fomenta en el hogar, sus efectos son más poderosos.

Al ofrecer actividades divertidas y placenteras en familia, les damos un refuerzo positivo sobre lo que significa participar en una relación afectuosa con los demás, según Daniel Siegel, autor de ‘El cerebro del niño’.

¡Conoce más beneficios del juego en familia! 

5 razones para elegir a Bureche School como la mejor opción para tus hijos

10 beneficios de jugar en familia (para tus hijos)

Más creatividad 

El juego libre, aquel que nace de la imaginación y motivación del niño, es una de las mejores formas de estimular la creatividad de los niños.

No necesitas inventarte actividades novedosas ni comprar los juguetes más costosos: los niños solo requieren de tu atención y disposición, y de un espacio seguro para dejar volar sus ideas.

Infancia feliz

Si hay algo que perdura en la memoria de un niño son los momentos de alegría, risa y diversión. 

El juego genera lo que el doctor Siegel, experto en desarrollo infantil, llama “chorritos de dopamina”.

Se trata de una sustancia química que genera placer y deseos positivos y sanos en las personas, como el de gozar las relaciones familiares.

Autoestima y seguridad

Las actividades y los juegos recreativos en familia les ayudan a los niños a llevar al máximo sus capacidades. 

Estos espacios les permiten identificar por sus propios medios cuáles son sus habilidades y sentirse bien con ellos mismos; lo que genera niños seguros y con alta autoestima.

Reconocimiento y control de las emociones

La mayoría de juegos, por simples que parezcan, hacen que los sentimientos salgan a flote: emoción, felicidad, rabia, frustración, tristeza...

Cuando los papás acompañan y validan estos momentos en medio del juego, les dan una gran herramienta a sus hijos para que aprendan a controlar sus emociones y a ser empáticos con sus compañeros y familiares.

Mejores competencias sociales

Los juegos familiares en casa preparan a tu hijo para el relacionamiento con sus vecinos y compañeros en el preescolar y el colegio. 

Cuando les permites a tus hijos crear y explorar el mundo a través del juego, aprenden a conquistar sus miedos, trabajar en grupo, compartir, negociar y respetar al otro. 

Competencias que conducen a una mayor confianza y resiliencia, ambas tan necesarias para enfrentar desafíos futuros.

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Interés por el aprendizaje

En 1970, Alemania impulsó una reforma educativa luego de un estudio que arrojó que los niños que habían asistido a clases orientadas al juego obtenían mejores resultados académicos en lectura y matemáticas.

También descubrieron que eran más equilibrados social y emocionalmente; desde entonces, los jardines de infancia alemanes volvieron a orientarse al juego.

Fomentar el juego libre y las actividades divertidas en familia inspiran a tus hijos y aumentan sus ganas de estudiar, aprender y descubrir el mundo.

Habilidades para solucionar conflictos

Jugando en casa podrás presenciar aquellos momentos de conflicto en los que es necesario intervenir para buscar soluciones. 

Con tu ejemplo y su participación, desde una crianza respetuosa y amorosa, podrás enseñarles a tus hijos a encontrar alternativas ante situaciones que no sean de su agrado, sin que nadie salga lastimado.

Tolerancia a la frustración

El juego, muchas veces, implica ganar o perder. En la cotidianidad del hogar podrás fomentar la sana competencia y la importancia de reconocer el esfuerzo propio y el de los demás. 

Así, los niños aprenden a divertirse más allá de buscar la victoria, y a tolerar la frustración que seguramente vivirán en otros momentos de sus vidas.

Autonomía

El tiempo de calidad con tus hijos, la atención que les prestas, el contacto físico, el diálogo y la observación, son factores claves para crear un apego seguro en ellos. 

El apego seguro de un niño con sus padres es fundamental para que este pueda relacionarse con los demás de manera sana y pueda convertirse, más adelante, en una persona independiente y autónoma.

Lazos familiares fuertes

Este es el mejor beneficio de todos: una recompensa para los padres y un regalo para los hijos que dura toda la vida. 

Las interacciones que ocurren a través del juego les transmiten a los niños que sus padres les prestan toda su atención y ayudan a construir relaciones duraderas.

Ahora que ya lo sabes… ¡a jugar en familia!