Desde el momento en que nacen, los niños y niñas pueden recibir estimulación temprana que impactará de manera positiva su proceso de aprendizaje. Eso no quiere decir que haya que meterlos al colegio desde recién nacidos, sino que se puede fortalecer su proceso cognitivo.
Empecemos por el principio. El qué y el por qué. ¿Qué es la estimulación temprana?.
Es el conjunto de actividades por medio de las cuales se busca el máximo desarrollo de las capacidades físicas, intelectuales y sociales de las niñas y niños.
El por qué es aún más importante: la estimulación temprana es necesaria para fortalecer el lado afectivo y sensible de los niños, a la vez que favorece el proceso natural de maduración. Pero hay más, pues gracias a la estimulación temprana es posible identificar a tiempo, para su posterior tratamiento, trastornos del lenguaje o de la memoria. También estimula el desarrollo del cerebro y la inteligencia. Y, sobre todo, crea mayores lazos afectivos entre el pequeño y sus padres o cuidadores.
Ten presente, además, que todos los bebés pueden recibir estimulación temprana, desde los cero años, fomentando así el desarrollo del niño, pues lo que estás haciendo es aprovechando desde los primeros momentos de vida la capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro del bebé o de la bebé.
Recordemos que la estimulación temprana se puede empezar desde los primeros meses de vida. Entre los 0 y los seis meses, el tacto y el contacto físico son fundamentales para crear lazos afectivos entre el recién nacido y sus padres.
Debes prepararte como madre y como padre y escoger los mejores momentos para que la estimulación sea más efectiva. Por ejemplo, en esos primeros meses, es importante elegir momentos donde el bebé esté más tranquilo, sin alterar sus momentos de sueño o de alimentación.
Como todo ejercicio, hay que ir de a poco, sin exagerar en el tiempo ni en la intensidad. Lo que estás buscando es mejorar su desarrollo, no entrenando un bebé musculoso.
Ten muy presente que no se trata solo del aspecto motriz. La estimulación temprana también favorece el desarrollo cognitivo y el lenguaje, por ejemplo. Por eso los juegos, el canto, la música, el leerle cuentos o contarle historias son también acciones importantes en este proceso.
En los primeros meses de vida se pueden hacer ejercicios de estimulación motriz, por ejemplo. Entre los 0 y los 3 meses puedes:
Entre los 0 y los 3 meses es recomendable que los ejercicios sean boca arriba, luego de los 3 meses, puedes incluir ejercicios boca abajo, e incluir juguetes para que el niño o la niña reconozca texturas o los persiga, motivando la necesidad de mover sus extremidades.
No olvides que los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo infantil. Por ejemplo, de los cero a los tres años, el cerebro produce la mayor cantidad de conexiones sinápticas, es decir, de comunicación entre neuronas. Estamos hablando del entrenamiento del cerebro para el resto de la vida, nada más y nada menos.
Si aún te estás preguntando cómo influye la estimulación temprana en el desarrollo del niño, te recordamos algunos beneficios que ya hemos mencionado y otros que no:
Entendida la importancia de la estimulación temprana, vale la pena recordar que esta puede extenderse hasta los cinco años y se refuerza con el paso por el preescolar, en donde se fomentan los hábitos, la construcción del pensamiento y en los patrones sociales y de conducta, como lo señalamos antes en nuestro blog.
En el preescolar de Bureche School estamos convencidos de la necesidad y la oportunidad que nos brinda la estimulación temprana para aprovechar todo el potencial cerebral de tus hijos, por eso nos enfocamos, con el personal docente idóneo, para fortalecer y desarrollar las habilidades en todas las áreas fundamentales para su futuro y bienestar.
“La estimulación adecuada, tanto a nivel físico como mental, contribuyen para alcanzar la madurez cerebral”, nos recuerda Carolina Henríquez, rectora de Bureche School. Esa estimulación empieza en el hogar, pero se fortalece en el preescolar, donde los niños complementan la formación que empezó en la casa y empiezan a recorrer un camino que les abrirá nuevos horizontes, ventanas de conocimiento y nuevas oportunidades que vendrán de la mano de un desarrollo más completo.