Aprende todo lo que necesitas saber sobre el sueño de los niños y cómo fomentar buenos hábitos de descanso desde sus primeros años.

Para nadie es un secreto: que los hijos logren dormir toda la noche de corrido es uno de los deseos más anhelados para los que somos mamás o papás, ¿o no? 

Pero, más allá del cansancio y del deseo de dormir durante unas buenas horas, ¿por qué deberías prestarle atención a la calidad del sueño de tu hijo?

La razón es simple: ¡mientras tu hijo duerme, aprende!

Numerosos estudios de neurodesarrollo y neurobiología aseguran que las mismas áreas cerebrales que se activan durante el aprendizaje de una tarea, son nuevamente activadas durante el sueño.

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En Bureche School te contamos por qué el sueño infantil es tan importante, cuántas horas deben dormir los niños según su edad, las consecuencias del mal dormir y algunos tips para mejorar este aspecto en la familia.

¿Por qué es importante dormir para los niños?

Aunque los niños estén inmóviles en sus camas, durante el sueño, sus cerebros siguen trabajando para consolidar toda la información nueva que recibieron en el día.

Por eso, el no dormir bien podría afectar el crecimiento, la motricidad, el aprendizaje y la calidad de vida de tu pequeño. 

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¿Qué es el sueño infantil?

Según el Congreso Argentino de Pediatría, se trata de un estado de reposo que se caracteriza por los bajos niveles de actividad fisiológica y por una respuesta menor ante estímulos externos. Pero, por otro lado, está presente una intensa actividad cerebral que genera:

• Cambios de funciones corporales.
• Actividades de gran trascendencia para el equilibrio psíquico y físico.
• Modificaciones hormonales, bioquímicas y metabólicas imprescindibles para el buen funcionamiento durante el día.

Está comprobado científicamente que el tiempo entre el aprendizaje y el periodo de sueño influye directamente en el proceso de la memoria de las personas. 

Es decir que el cerebro crece, madura y aprende durante el sueño; especialmente durante los primeros cinco años de vida, que son decisivos en el desarrollo de los niños. 

Y cada etapa del sueño se encarga de funciones específicas. ¡Miremos!

Etapas del sueño infantil

Podemos clasificar el sueño de los niños (y de todas las personas) en dos etapas:

Sueño activo o REM:

Esta etapa del sueño se caracteriza por el cuerpo relajado y la presencia de movimientos oculares rápidos. En esta fase hay una alta actividad cerebral y es allí cuando aparecen los sueños y las pesadillas. 

Funciones del sueño REM: 

• Regeneración de procesos mentales, como la fijación de la atención, habilidades cognitivas finas y el relacionamiento social.
• Aprendizaje y consolidación de la memoria a largo plazo.
• Proceso de desaprendizaje, es decir, limpieza del cerebro para eliminar conexiones y material inútil.
• Maduración y restauración cerebral.

Sueño calmo o NREM:

Esta segunda etapa se compone de cuatro fases: las dos primeras de sueño ligero, y las dos últimas de sueño profundo. 

Se caracteriza por la calma, quietud y un despertar difícil. Durante este tiempo se da la reparación física del organismo. 

Funciones del sueño NREM: 

• Síntesis de la hormona de crecimiento. 
• Regeneración y restauración orgánica. 
• Conservación de energía. 
• Estímulo del sistema inmunitario.
• Aumento de síntesis proteica, absorción de aminoácidos por los tejidos. 

Así te ayudamos a aprovechar el potencial cerebral de tus hijos

¿Cuánto debe dormir un niño? (según la edad)

En este punto seguro te estarás preguntando, ¿cuánto necesita dormir mi hijo para que se desarrolle bien? Esto dependerá de su edad. 

Es importante entender que las necesidades de los bebés de 0 a 12 meses varían mucho a las del sueño en los niños de 3 a 6 años.

Sueño de los niños de 0 a 6 años

Te dejamos esta tabla de sueño que, aunque no es una camisa de fuerza, te ayudará a estimar y atender las señales de sueño de tu hijo:

El sueño en escolares, preadolescentes y adolescentes

A partir de los 6 años, solo algunos niños continúan haciendo siestas cortas durante el día, pero las necesidades de sueño nocturno siguen siendo muy parecidas. 

Los escolares y preadolescentes necesitan entre 9 y 12 horas de sueño nocturno; mientras que los adolescentes pueden necesitar entre 8 y 10 horas.

Trastornos del sueño en niños y bebés por falta de descanso

Entonces, ¿cuáles son los efectos de los problemas y la falta del sueño? 

Según un estudio de neurobiología del sueño y su importancia realizado por distintos profesionales de la medicina de México, estas son algunas consecuencias del mal dormir en los niños: 

• Cambios de humor, irritabilidad, fatiga. ‰ 
• Dificultades de concentración y desorientación. ‰ 
• Distorsiones perceptivas y alucinaciones visuales. 
• Microsueños diurnos que aumentan la posibilidad de cometer errores.

• Hiperactividad. ‰
• Enlentecimiento cognitivo (reacción lenta).
• Dificultades en la memoria y el aprendizaje: menor logro académico.
• Aumento de accidentes tanto del niño que no duerme como de sus padres.

También existen alteraciones para los padres que no logran dormir bien: 

• Dificultades en la relación familiar y conyugal y en las actividades diarias.
• Sensación de inseguridad, autoculpa, frustración.
• Rechazo hacia el niño. 
• Falta de autocontrol de las emociones (lo que aumenta la posibilidad de agresión verbal o física).
• Ansiedad y aumento de apetito (lo que genera el sobrepeso y la obesidad) 

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Tips para mejorar el sueño infantil (hábitos y rutinas saludables)

Recuerda que estos trastornos se presentan o se agudizan en la medida en la que la falta de sueño sea repetitiva y se acumule durante semanas. 

Por eso, como papás, es importante tomar conciencia sobre los efectos negativos y comenzar a establecer rutinas de sueño que favorezcan a tus hijos. 

Te damos algunos consejos y recuerda: la clave es ser constantes con los hábitos diarios para que logres que tus hijos y toda la familia descanse. 

• Atiende las señales de sueño de tus hijos y llévalos a dormir antes de que estén muy cansados (aplica para el sueño diurno y nocturno). 
• Evita que duerman más horas de las que necesitan en el día para no restarles tiempo de sueño en la noche. 
• Trata de acostarlos y levantarlos todos los días a la misma hora.
• Haz una rutina relajante antes de dormirlos: lavarles los dientes, un baño con agua tibia y un cuento, pueden ser perfectos para terminar el día. 
• Evita el consumo de azúcar y chocolate al menos cuatro horas antes de dormir. 
• Deja las actividades estimulantes (como los juegos con luces y música o las pantallas) para el inicio del día. 
• No dejes que la cama sea un espacio para el juego antes de dormir, esto hará más fácil la asociación de ese lugar con el sueño. 
• No olvides algunos tips para una mejor higiene del sueño en la habitación: total oscuridad o una luz tenue, poco ruido, ambiente fresco y ropa de dormir de algodón (para que no sude).   

Y lo más importante: fomenta un apego seguro con tus hijos, acompáñalos siempre que lo necesiten y hazlos sentir tranquilos, protegidos y amados.

Esto fortalecerá la autonomía y seguridad del niño a largo plazo para que puedan dormir solos en su habitación y durante toda la noche.